sábado, 11 de noviembre de 2006

Casa de Extremadura en Alcalá

Ayer estuve en Alcalá de Guadaira (Sevilla) dando una charla en la Casa de Extremadura sobre las Castas Bravas. Me habían invitado hacía un tiempo.

Esta casa regional estuvo en Jerez hace dos años de visita y entonces me pidieron que los acompañara como guía por la ciudad. Estuve explicándoles el alcázar, la iglesia de San Miguel y la portada de la Cartuja. Cuando se despidieron les dije que podían contar conmigo para cualquier otra ocasión.

Esta vez les propuse hablar de toros. He preparado para la ocasión una presentación informática con ciento sesenta diapositivas, la cual me ha llevado un tiempo de preparación cercano a los dos meses, a ratos perdidos. Ello me ha servido para descubrir algunas curiosidades, como que el toro que cantó Fernando Villalón (ya saben:
"Si no se me parte el palo
aquel torillo berrendo
no me mata a mí el caballo")
fue lidiado en Jerez y su ganadero, Carvajal, regaló su cabeza disecada al poeta; otra curiosidad es que el pintor Ignacio Zuloaga, gran aficionado a los toros, vivió cinco años en Alcalá de Guadaira y, mientras, asistía a la escuela taurina que creó el hermano del torero "Gordito", para después torear en dieciocho becerradas por los pueblos.

El salón estaba bastante ocupado, pero como es pequeño significa que habría entre treinta y cuarenta personas. La charla llegó a prolongarse durante más de dos horas, lo que ahora veo que es excesivo. Ciertamente yo no busqué alargarme tanto pero lo cierto es que una vez que empezé a hablar y a comentar las diapositivas perdí el sentido del tiempo. Ya me dijo mi hijo mayor que eran muchas diapositivas y que bastaría con unas sesenta y cinco.

Fuera de eso la exposición le gustó a la gente y a mí me parece que no estuve mal en la parte oratoria. Pensaba que podría ver en el monitor las "notas de orador" sin que salieran en la pantalla pero eso no era posible y me arriesgué a hablar sin ningún apoyo escrito; ahí pensé que podía quedarme en blanco en algún momento y es por lo que, intentando evitarlo, seguía y seguía hasta no darme cuenta del tiempo que pasaba.

Lo mejor creo que ha sido el enfoque que le he dado a la exposición. La he iniciado con un prólogo histórico para justificar la calificación de patrimonio histórico-natural que le doy a las castas bravas y para justificar también el valor de la actividad taurina, heredera de ritos religiosos. Un segundo aspecto que he cuidado es, teniendo en cuenta que hablaba en una Casa de Extremadura, la relación que hay entre Extremadura y la evolución de las castas bravas, deteniendome especialmente en el encaste propiamente extremeño (el contreras) y en los nombres de ganaderos extremeños significados (como Trespalacios y Conde de la Corte).

Al final, algunas personas me dijeron que lo que más especialmente le había gustado era la parte histórica, en la que me atreví a proponer una interpretación original de una pintura rupestre. Creo que a ello le voy a dedicar un día un breve post.

No hay comentarios: