domingo, 30 de diciembre de 2012

jueves, 27 de diciembre de 2012

El toro en Mesopotamia

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En el British Museum (Londres) se encuentra la estatuilla que vemos a continuación:



Se trata de la figura de cobre de un toro,Length: 60.96 cm
Height: 60.96 cm
procedente del templo de Ninhursag, en Tell al Obeid, situado en el sur de Irak. Se data en alrededor de 2600 aC.



En el Museo del Louvre (París) se conserva esta pieza:



Es una estatuilla representando a un toro. Sus medidas son 12,2 × 9,7 × 3,7 cm. Está elaborada en bronce (concretamente cobre al arsénico) incrustado de plata. Pertenece a la época de las Dinastías Arcaicas III de Mesopotamia (finales del III milenio aC.). Se expone en el Departamento de Antigüedades Orientales.






En el mismo Museo del Louvre se encuentra esta otra pieza:




Es una cabeza de toro, que sin duda debió adornar la caja de resonancia de una lira. Está elaborada en cobre, nácar y lapislázuli. Procede de Mesopotamia y está fechada en el tercer milenio aC. Fue excavada por Ernesto de Sarzec en el lugar llamado Girsu (que coincide con la moderna ciudad de Telloh). La pieza fue cedida por el sultán Abdul Hamid en 1896.




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martes, 18 de diciembre de 2012

Arboles singulares de Extremadura

Ha muerto uno, pero quedan treinta. El abuelo de La Herguijuela, un alcornoque que superaba los cinco siglos de vida, se vino abajo hace unos días. Fue un disgusto para los dueños de la finca del municipio cacereño de Toril en la que estaba el árbol, y una mala noticia para cualquiera que sienta cierto interés por el medioambiente. Pero la región conserva al menos otros treinta ejemplares dignos de mención. Son los treinta elegidos que tienen el honor de figurar en el Catálogo de Árboles Singulares de Extremadura.

A juicio de José María Corrales, ex director general de Patrimonio Cultural, doctor en Geografía y Ordenación del Territorio y biólogo, esa lista se queda corta. Él cita como una de las referencias obligadas el libro 'Árboles singulares de Extremadura', de Diosdado Simón, ex jefe de parques y jardines en Cáceres, que recopiló más de un centenar de ejemplares notables repartidos por toda la comunidad autónoma. «En la relación magnífica que hizo Diosdado Simón hay muchos árboles merecedores de figurar en el catálogo oficial», asegura Corrales, que tiene controlados a todos y cada uno de esos treinta elegidos.

A esos y a otros cuantos que no están en la relación pero sí en el trabajo de Simón. «En torno al diez por ciento de los que están en el libro ya han muerto», afirma José María Corrales, que además, apunta otro factor que a su criterio, hay que tener en cuenta. «Algunos de los árboles que se han ido catalogando como singulares han recibido esa distinción en la etapa final de su vida, cuando ya están en la fase de decrepitud». Eso tiene una consecuencia lógica: hay varios que están seriamente amenazados. «Si no hay un cambio y se amplía la lista, llegará un momento en que vaya mermándose, porque serán más los que se vayan muriendo que los que se vayan añadiendo al catálogo».

Para conocer esas previsiones, entre otros asuntos, este diario solicitó al departamento de prensa de la Junta hablar con el director general de Medio Ambiente o con algún técnico de la Consejería. La petición no fue atendida.
Entre los treinta árboles singulares de Extremadura, hay uno que destaca por encima de todos. Es la encina La Terrona, en Zarza de Montánchez. Vive desde hace ochocientos años en la finca La Dehesa, y su fama trasciende los límites de la comunidad autónoma. Sus 16 metros de altura le convierten en el más grande de su especie en España, y de hecho, está entre los árboles monumentales más estudiados del país.

La Terrona subsiste en Zarza de Montánchez, aunque no sin achaques. La mayoría de ellos, propios de la edad. Hace tres años, una decena de botánicos valencianos, expertos en árboles milenarios, se desplazó hasta la finca La Dehesa para tratar de remediar los males que padecía la emblemática encina. El remedio que le recetaron incluyó la instalación a lo largo de todo su perímetro de una serie de 'muletas' que partían del suelo y llegaban hasta las ramas, y que ayudaban a aligerar la carga que tenía que soportar su resquebrajado tronco. La Terrona es sin duda el árbol más famoso de Extremadura, pero tras él hay otros cuantos, menos conocidos pero igualmente apreciados por los expertos en la materia y los amantes de la Naturaleza. Y la mayoría de ellos ha sabido aguantar los embates del tiempo. A veces, gracias a la suerte.

En el verano del año 2005, un cambio en la dirección del viento salvó al castaño El Abuelo de Las Villuercas -entre Cañamero y Guadalupe, en la ruta de Isabel La Católica- de morir abrasado por el mayor incendio forestal que padeció la región ese año, y que acabó llevándose por delante más de 12.000 hectáreas de monte. Y en esas mismas se han visto más de una vez varios ejemplares singulares de Las Hurdes. «Además -explica José María Corrales- se da la circunstancia de que los árboles viejos tienen la corteza hueca, y en caso de que un incendio llegue hasta ellos, se produce un efecto chimenea en su tronco, de manera que la mayoría de las veces acaban completamente destrozados».

El experto estuvo hace un mes visitando al 'abuelo' de La Herguijuela, y ya se dio cuenta de que su salud no era la mejor. Sin embargo, su opinión es muy distinta a la de Miguel Cremades, dueño de la finca en la que estaba el árbol, y que lamentaba el exceso de proteccionismo de la administración hacia estos ejemplares. «'El abuelo' de La Herguijuela se ha muerto por viejo -reflexiona Corrales-. En su día sufrió un decopado (poda de la copa) salvaje que generó graves daños, y lo que todos debemos tener claro es que si queremos conservar este patrimonio, su cuidado debe quedar en manos de especialistas en arboricultura». «Para mantener a estos ejemplares históricos -continúa el biólogo-, lo mejor es conservar las condiciones del hábitat en el que han crecido».

Lo que dice la ley

En este sentido, el decreto regulador (el 4/1999 de 12 de enero) deja claro la forma de actuar. Su artículo 2.2 prohibe «cortarlos, arrancarlos total o parcialmente, así como dañarlos por cualquier medio». «Para la realización de los tratamientos silvícolas o fitosanitarios requeridos para el mantenimiento del árbol -advierte el artículo 2.4-, así como para el aprovechamiento (frutos, corcho) será necesaria la autorización previa de la Dirección General de Medio Ambiente».

Más adelante, el texto legal recoge la posibilidad de establecer ayudas para los propietarios de fincas en las que haya algún árbol singular, una catalogación que implica una protección oficial al ejemplar, y que se otorga a aquellos que se ajusten a determinados criterios. Entre las razones para ser distinguido están la rareza en el número o la distribución, la ubicación, las particularidades de su desarrollo, tener unas medidas excepcionales, o una edad fuera de lo común, o estar «relacionados con eventos históricos, culturales o populares de interés».

El catálogo comenzó hace una década, con ocho ejemplares. Tres años después se sumaron 18 nombres, creció con otros seis más en el año 2005, y tres nuevos en 2006. Algunos han ido muriendo. Y otros esperan su momento para entrar en el grupo de los elegidos.

sábado, 8 de diciembre de 2012

Carta de Asia Bibi a los españoles

Leamos la carta que Asia Bibi ha dirigido a los españoles con ocasión del viaje de su marido a Madrid el próximo 15 de diciembre:

Carta de Asia Bibi a los españoles

Prisión de Sheikhupura, Pakistán, 5 de noviembre de 2012.

Me llamo Aasiya Noreen Bibi y no sé si llegarás a leer esta carta. Escribo a los hombres y las mujeres de buena voluntad de España, desde mi celda sin ventana en el módulo de aislamiento de la prisión de Sheikhupura, en Pakistán. Llevo encerrada aquí desde el mes de junio de 2009. Me han condenado a morir en la horca por blasfemar contra el profeta Mahoma. Dios sabe que es una sentencia injusta y que mi único delito, en este mi gran país al que tanto amo, es ser católica. No sé si estas palabras verán la luz y llegarán a ser leídas por alguien al otro lado de los muros de esta cárcel. Si el Señor misericordioso quiere que así sea, pido a los españoles que recen por mí e intercedan ante el presidente de mi hermoso país para que me permita recuperar la libertad y volver a reunirme con mi familia, a la que tanto echo de menos.



Estoy casada con un buen hombre llamado Ashiq Masih y, juntos, tenemos cinco hijos que son una bendición del Cielo: un varón, Imran, y cuatro chicas, Nasima, Isha, Sidra y la pequeña Isham. Solo quiero volver a estar con ellos, a ver sus sonrisas y devolverles la paz. Están sufriendo por mí, al verme encerrada y privada de justicia. Temen por mi vida, pues la sentencia que me condena a morir ahorcada es firme y un indulto puede evitar que acabe ejecutándose. Un juez, el honorable Naveed Iqbal, entró una mañana en mi celda, después de condenarme a una muerte horrible, y me ofreció revocar la sentencia si me convertía al Islam. Yo le agradecí de corazón su buena intención, pero también le dije, con toda la claridad de la que soy capaz, que prefiero morir como cristiana que salir de prisión siendo musulmana. “He sido juzgada por ser cristiana”, le dije al señor juez. “Creo en Dios y en su enorme amor. Si usted me ha condenado a muerte por amar a Dios, estaré orgullosa de sacrificar mi vida por Él”, le dije.

Dos hombres justos han sido asesinados por pedir justicia y libertad para mi persona. Su destino me desgarra el corazón. El gobernador de mi región, Punjab, el señor Salman Taseer, fue asesinado el 4 de enero de 2011 por un miembro de su escolta, simplemente porque pidió a las autoridades del Gobierno que me pusieran en libertad y se opuso a la ley sobre la blasfemia que rige en Pakistán. Dos meses después, un ministro del Gobierno, el señor Shahbaz Bhatti, cristiano como yo, fue asesinado por la misma causa. Rodearon su coche y le dispararon con ensañamiento hasta darle muerte.

Me pregunto cuántas personas más tienen que morir por causa de la justicia. Rezo a todas horas para que Dios misericordioso ilumine el juicio de nuestras autoridades y sus leyes civiles restablezcan la antigua armonía que siempre reinó en mi gran país entre las personas de distintas religiones. Jesús nuestro Señor y Salvador nos amó libres y creo que la libertad de conciencia es uno de los mayores tesoros que nuestro Creador nos ha dado y tenemos que preservarlo.

Sentí una gran emoción al conocer que el Santo Padre Benedicto XVI había pedido mi indulto. Dios me conceda vivir para peregrinar a Roma y, si es posible, agradecérselo personalmente.

Ahora pienso en mi familia. Lo hago a todas horas. Vivo con el recuerdo de mi esposo y de mis hijos, y pido a Dios misericordioso que me permita volver a reunirme con ellos. No sé si esta carta llegará a tus manos, amigo o amiga española. Si así fuera, acuérdate de que hay personas en el mundo que son perseguidas por causa de su fe y, si está en tu mano, pide por nosotros al Señor y escribe al presidente de Pakistán rogándole por que me permita volver a estar con mi familia.

Si lees esta carta, Dios lo habrá hecho posible. Que Él, que es bueno y justo, te colme con su Gracia.

Afectuosamente, Asia Bibi.





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jueves, 6 de diciembre de 2012

Rousseau y los toros

El filósofo ginebrino Juan Jacobo Rousseau (1712 - 1778), en su libro "Consideraciones sobre el gobierno de Polonia" escribió esto:

"¿Por qué medios se podrá excitar el movimiento de los corazones, el amor a la patria y a las leyes? Con cosas que parecen niñerías y frivolidades: con unas instituciones vanas a los ojos de hombres superficiales, pero capaces de arraigar el amor a nuestras costumbres y hacer invencibles nuestras inclinaciones.

Una nación debe mantener sus usos propios, que tal vez degeneran diariamente por la propensión general de Europa a imitar los gustos y maneras de los franceses. Conviene, pues, sostener estos usos, que siempre serán ventajosos, aun cuando de suyo fuesen indiferentes, o no buenos, bajo ciertos aspectos.

Que haya muchos juegos públicos donde la buena madre patria se complazca en ver divertirse a sus hijos: que ella los entretenga frecuentemente para que, por su parte, ellos nunca la olviden. Deben abolirse, aun en la misma corte, las diversiones ordinarias de otras cortes, tales como el juego y cuanto promueva la afeminación. Invéntense diversiones que no se conozcan en otras partes.

Dentro de lo posible, que no haya nada que sea exclusivo de los grandes y poderosos. Que haya muchos espectáculos al raso en donde todo el pueblo se divierta por igual, como entre los antiguos, y que allí la juventud de la nobleza haga ensayos de fuerza y agilidad. No han contribuido poco las corridas de toros a mantener en la nación española un cierto vigor".






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