viernes, 5 de agosto de 2016

Otra muestra paleolítica en Cádiz

La cueva de las Estrellas, situada en el municipio de Castellar, se ha convertido en la cueva pintada más antigua de Cádiz hasta la fecha, según los últimos hallazgos del espeleólogo algecireño Simón Blanco. Junto a los grandes bastiones serranos de la Pileta y Ardales se refuerza la evidencia de que el extremo sur europeo es una pieza fundamental para el estudio del origen del arte. Destaca por tanto el Campo de Gibraltar y el Arte Sureño en el origen del arte europeo.

Blanco volvió a detectar hace escasos días en una visita a la cueva fabulosos paneles donde destacan dos nuevas siluetas de manos paleolíticas en negativo. El experto, integrante de la Asociación para la Protección del Arte Sureño (APAS), explica para entender el valor patrimonial de este tipo de simbología paleolítica que existen sólo 30 lugares conocidos en el mundo con estas evidencias. En concreto en la península ibérica solo hay ocho y en el sur sólo se conocía una con el silueteado negro en la prestigiosa cueva de Ardales, pero nunca anteriormente habían sido localizadas tan superficialmente ni en un soporte tan volátil como las areniscas del Aljibe.

Los primeros motivos arcaizantes localizados en la cueva de las Estrellas fueron advertidos por Blanco en 2014. Este diario se hizo eco entonces de la noticia destacando el carácter figurativo por ser una mano aerografiada o un protobovido. La gran mayoría son elementos simbólicos abstractos de gran clasicismo formal fácilmente paralelizables a otros hallados en las grandes cuevas paleolíticas de Europa.

Continuando con el hallazgo de Blanco en los últimos días, describe la aparición de varias figuras que representan animales aunque tienen escasa presencia global y nuevos paneles con numerosos ideomorfos simples, de carácter no figurativo compuesto por zigzags, arcos concéntricos, digitaciones pareadas o barras paralelas . Los grupos pictóricos son al menos de catalogación gravetiense y están, principalmente, compuestos por estos signos simples que presentan una organización reiterativa coherente, que son asimilables a los actuales fonemas escritos. Todo el repertorio conservado apunta a momentos anteriores a 30.000 años de antigüedad.

APAS ha informado a la delegación territorial de Cultura para que aborden una actuación de urgencia para realizar la documentación gráfica y necesaria que la permita proteger dentro del ámbito de la figura de Bien de Interés Cultural (BIC), tanto en el ámbito interno como externo.

De todas las cuevas pintadas aparecidas en las últimas décadas en la provincia, es el yacimiento conocido como Abrigo de las Estrellas el más importante desde el punto de vista científico por la contundente presencia del Arte Paleolítico más antiguo del mundo. Las estaciones paleolíticas encontradas hasta el momento en el Campo de Gibraltar y la Janda como la cueva del Moro, Atlanterra, el Realillo I, el Ciervo, Horadada, la Jara I, el Caminante y otras han sido atribuidas al Arte Paleolítico Solutrense, pero esta cavidad de Castellar permite retrotraerse a las fases más arcaicas del inicio del arte y de la comunicación humana a través de símbolos codificados, duplicando en antigüedad los famosos bisontes de la sala de los policromos en Altamira o la yegua preñada de la Cueva del Moro en Tarifa.

En suma, las tres improntas de manos en negativo, realizadas mediante la técnica del aerografiado, localizadas hasta el momento en la cueva de las Estrellas son de pequeño tamaño, así que debieron ser realizadas por adolescentes y presentan una deformidad intencionada, al tener el dedo meñique plegado. Para justificarlo han surgido diversas hipótesis, las más aceptadas hablan de un código cifrado entre cazadores del mismo grupo o de un ritual de paso con amputaciones simbólicas. Lo que esta fuera del actual debate es que se trata de una de las imágenes más sugestivas de la iconografía paleolítica y el símbolo por excelencia de esta primera fase y que se consideran la primera manifestación gráfica del ser humano, con la que este grupo de cazadores recolectores y pescadores humanizaron la cueva y su entorno.

La ubicación de la cueva en el extremo sur de Europa, la superficialidad del yacimiento y la fragilidad del soporte arenisco convierten el yacimiento en uno de los más originales e importantes de la Prehistoria de Europa pero también en el más vulnerable. La orientación del abrigo al levante provoca que el panel que contiene el bestiario compuesto por bóvidos y équidos, sea iluminado por los rayos del sol cada mañana, lo que debe ser fruto de un culto intencionado de carácter mágico que propiciara la caza diaria.

Desde hace un siglo han sido numerosas las publicaciones científicas que han abordado la importancia del legado rupestre que atesoran las comarcas del sur de Cádiz, pero en toda esta larga trayectoria se han ido incorporando, sobretodo a partir de la década de los 90, novedades gráficas muy importantes que no han sido estudiadas, catalogadas ni inventariadas por las autoridades científicas, ni por las instituciones, por lo que no se conoce su verdadero valor ni están verdaderamente protegidas ni vigiladas por la Guardia Civil.


APAS recuerda que falta de un marco legal adecuado. Es un patrimonio que está sufriendo una constante degradación fruto del abandono, el turismo mal gestionado, pero sobretodo por la pérdida del ambiente natural de los abrigos. Se insiste en recordar que los bosques de alcornoques están sufriendo el fenómeno de envejecimiento de origen antrópico conocido como la Seca. Si no se apuesta decididamente por su regeneración provocará a corto plazo la desaparición de los motivos pictóricos de una de las cuevas más trascendentales de Andalucía por la degradación irreparable del soporte que las contiene.